Los celos entre hermanos son algo inevitable en las familias.
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LOS CELOS ENTRE HERMANOS SON INEVITABLES
Los celos entre hermanos despiertan un gran interés en cuanto a su «tratamiento» en todas las familias, ya que el sentimiento que embarga a los padres cuando ven a sus hijos celosos con hermanos pequeños o mayores, o por creer que prestan poca atención a su/s hijo/s, es un sentimiento de culpabilidad y angustia fruto de la creencia de que son los ejecutores de los celos.
Para su tranquilidad, el desencadenante es variable y el hecho de que se desarrollen celos infantiles es inevitable, si bien es cierto, los padres deben saber como manejar esas situaciones celosas, y comprender que sufrir celos es una etapa natural en todos los niños, y que dominarlos de la manera menos traumática posible, depende del planteamiento de superación que se genere en los padres.
VARIANTES DE LOS CELOS ENTRE HERMANOS
Existen varios desencadenantes de los celos. Tener celos entre hermanos es la variante más conocida, a la que se dan diversos nombres, el más conocido, el síndrome del príncipe destronado, donde nace un hermano pequeño que destrona al mayor en algún ámbito de sus rutinas habituales. Y otra variante de problemáticas de celos, tiene que ver con hijos únicos, los cuales tengan celos hacia familiares cercanos, o entre hermanos, porque sin importar la edad, perciban diferente trato en detrimento hacia sí mismo.
En cualquiera de los tres casos, debemos pensar que son celos pasajeros, y que con el tiempo, un poco de atención equiparada, y mucha comprensión, desaparecerán. Si no fuera así, podríamos estar ante una personalidad adulta potencialmente celosa, generando los llamados celos enfermizos, lo cual requerirá de otro tipo de atenciones y cuidados.
EL PRÍNCIPE DESTRONADO
Cuando los mayores saben que van a tener un hermano, se alegran, ellos piensan que va a ser una especie de muñeco con el que jugar, reír, del que no van a recibir ninguna negativa, y que dormirá en el carrito de los muñecos. La realidad hasta que nace es idílica, y sobretodo, acorde a lo que el mayor quiere, recibir toda la atención de sus padres.
El problema se presenta cuando nace, ya que el hermanito deja de ser una mamá con un bebé dentro, para pasar a ser un bebé que llora, come y protesta mucho, y molesta muchísimo a su hermano mayor, porque percibe cambios muy rápidos a los que no le da tiempo a adaptarse. En primer lugar, su hermano pequeño es de su propiedad, le adora, se ríen juntos, y las muestras de cariño hacia él son infinitas, pero cuidado cuando estén a solas, podría oírse un llanto repentino de dolor, al que vamos a acudir reprochando al mayor explicaciones de porqué ha pegado… El mayor tiene una lucha interna de amor y odio incompatibles que le hace actuar de manera diferente, haciéndose notar de alguna forma, ya que obtendrá esa atención por parte de sus padres que hasta el momento había perdido por querer tanto a su hermanito.
SIGNOS QUE ALERTAN CELOS ENTRE HERMANOS
En un primer momento, los indicios son claros, comienzan a adoptar comportamientos ya superados, se ponen el chupete del hermano, hablan con monosílabos, aparecen episodios de enuresis secundaria, en ocasiones, dejan de comer, o sólo comen alimentos fáciles. Estos son algunos de los signos más aparentes que pueden iniciarse con la etapa de celos.
A nivel emocional, las señales que aparecen son variadas, se vuelven más serios e irascibles, les cuesta sonreír, comparan constantemente el cariño de los padres hacia él y hacia el hermano, adoptan conductas agresivas fuera y dentro de casa, tienen rabietas sin sentido muy llamativas y dramáticas, se vuelven desobedientes o parecen no escuchar lo que se les dice, o cambian de tema si se trata de algo que a ellos no les va a gustar, en suma, la relación con los padres se ve muy abatida por estos síntomas.
Se trata de una experiencia natural que todos pasan en algún momento de su vida, y que de manera positiva, les ayuda a madurar, y a darse cuenta de que no son el centro del mundo, lo cual contribuye bastante a tener una vida adulta más adaptada a la realidad.
CÓMO PREVENIR LOS CELOS ENTRE HERMANOS
El papel fundamental en la prevención de los celos, ya que se trata de un sentimiento natural y caduco, es la actitud que adopten los padres a la hora de enfrentarse a su hijo celoso. Los padres deben evitar ciertas tendencias, para evitar males mayores, y contribuir de manera positiva al objeto de los celos.
De esta manera, es recomendable evitar comparaciones entre hermanos, no mostrar preferencias por ninguno de ellos, y explicarles en la medida de los posible lo que supone ser el hermano mayor. Los mayores tienen ciertos privilegios que los pequeños no van a disfrutar, pueden ayudar a hacer cosas en casa y pueden colaborar en los cuidados del bebé.
Estas recomendaciones debemos tenerlas en cuenta tanto para el mayor como para el pequeño, porque los menores crecen muy rápido y enseguida son conscientes de la atención que reciben, sobretodo, cuando cumplen cierta edad, alrededor de los seis o siete meses, que ya empiezan a interactuar y aprender más activamente. No debemos pasar por alto, que esto se hace para prevenir o paliar los celos del mayor, pero el pequeño se sentirá el motivo del conflicto, y también podrá llegar a sufrir cierto abandono o falta de cariño.
Jugar todos juntos cuando es factible por edades, es algo que contribuye a que ellos se vean aceptados e incluidos en el círculo de la familia, y que la exclusión de alguno de ellos, se vea limitada a los momentos para alimentarse o dormir, donde cada uno tendrá su parcela reservada para estar con sus padres a solas, por otro lado, imprescindible para el desarrollo de los hijos. Es importante hacerles ver que ambos son queridos por igual, aunque sean diferentes.
CÓMO TRATAR LOS CELOS ENTRE HERMANOS
Ya que hemos asumido que es una situación natural que todos pasan, hagamos que el camino sea lo más leve posible. En primer lugar hay que tener mucha paciencia, lo cual requiere tiempo y ganas por parte de los padres para prestarles atención.
Para no reforzar conductas impropias de su edad, debemos ignorarlas, y solo prestar atención cuando se comporten como les corresponde. Explicarles a los mayores que tratamos a los bebés igual que cuando ellos eran pequeños, les ayuda a empatizar con el hermano, y pueden adoptar una postura de cercanía y protección hacia él, que les repercutirá positivamente en su evolución hacia la personalidad adulta.
Si tratamos con naturalidad y armonía este tema tan delicado, podemos conseguir que los hermanos se miren con admiración el uno en el otro, y que lleguen a comprender, aunque de forma indirecta, a través del juego y la lectura de cuentos, que pueden llegar a ser amigos y compañeros de juego, y que la rivalidad no tiene cabida en su relación como hermanos. Terminarán entendiendo que no han de competir por captar la atención de los padres con más ahínco, sino que pueden compartirlos y quererlos por igual, de la misma forma que los padres a ellos.
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