Los celos infantiles son un sentimiento natural basado en el odio y el rechazo hacia las figuras de apego.
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DEFINICIÓN DE CELOS INFANTILES
Los celos infantiles son un sentimiento natural basado en el odio y el rechazo hacia las figuras de apego. Éstos pueden estar motivados por varias razones, por nacimiento de un hermano, donde hablaríamos de celos entre hermanos. Si hay otros niños que llaman la atención de los padres, o si aparece una nueva pareja en una familiar monoparental. Y por último, los que llamamos celos evolutivos, los celos que experimenta el niño al enamorarse de su padre o madre, y teniendo que compartir ese cariño con el otro miembro de la pareja.
Los niños nacen indefensos, dependientes tanto en sentido emocional como físico de los adultos, de sus figuras de apego, y cuando desde pequeños se han acostumbrado a poseer toda la atención de manera incondicional, y surge algún evento o situación que disipa esa atención, aparecen los celos. Ellos creen que tienen que competir por volver a la situación de absoluta atención anterior, se frustran en el intento, y lo manifiestan con conductas típicas de los celos, y atípicas en el comportamiento modelo de esos niños hasta ahora. Los celos infantiles en muy pocos casos llegan a ser celos enfermizos.
CÓMO SE MANIFIESTAN LOS CELOS INFANTILES
La manifestación de los celos infantiles puede ser directa o indirecta, hacia las figuras de apego y hacia el motivo de los celos (hermanos, primos, padres,…). De manera directa, las conductas que aparecen son agresiones físicas, tipo mordiscos, empujones, manotazos,… o de forma indirecta y más sutil, comportándose conscientemente de manera molesta para los padres, desobedeciendo, actuando mal, gritando, haciendo ruido…, todo esto genera en los padres un acercamiento hacia ellos, prestándoles atención, y aunque esa atención sea originada por algo negativo, a los niños no les preocupa, ellos han recibido lo que buscaban, que los padres estuvieran ahí, pendientes.
CUÁNDO APARECEN LOS CELOS INFANTILES
La edad de aparición es continua, siempre pueden aparecer celos. Si bien, cambia la manera de manifestarse. Al ser más pequeños de dos años, los niños se preocupan en exceso porque su figura de apego no le abandone, y por esto, se muestran más sumisos, atentos, cariñosos hacia los padres. Entre los dos y los cinco años, tiene lugar una confluencia de factores evolutivos unidos a los celos, que desembocan en una explosión de conductas totalmente desconocidas hasta ahora en esos niños, se comportan de manera agresiva, las rabietas son desproporcionadas al motivo que las causa, todo son protestas, gritos y actuaciones con intenciones dudosas. A partir de los seis años, la manipulación afectiva que manejan es inconcebible, donde la práctica más habitual es la retirada de afecto hacia las personas por las que se sienten desplazados y olvidados, en algunos casos, llegan a manipular como adultos.
CÓMO PALIAR LOS CELOS INFANTILES
Las personas que más ayuda pueden prestar a los niños para solucionar su problema de celos, es evidente que son los padres. Éstos han de tener una actitud de escucha y delicadeza absoluta a la hora de abordar este tema con sus hijos, y tener especial cuidado, si se sienten exasperados por algo que haya ocurrido en relación a los celos. Quizás en ese momento, lo mejor es posponer el intento de solución. No dejarse llevar por la negatividad del momento, puede ayudar a ver soluciones más firmes y duraderas.
Por todo esto, los padres deben en primer lugar, entender porqué sus hijos se sienten así, practicar la empatía, y adentrarse en el conocimiento de aquello que ha desencadenado el comportamiento celoso. Conocer lo que les hace sentirse vulnerables, es un acercamiento en la relación padres e hijos.
Cuando los padres empatizan con sus hijos, se ha dado el primer paso hacia la solución. En segundo lugar, los padres deben estar pendientes de las situaciones desencadenantes de los celos, y anticiparse a ellas, prestarles atención antes de que la demanden, y dominando la rabia de sus hijos, a través del juego y la lectura.
CELOS INFANTILES: SENTIMIENTOS
Y por último, no por ello menos importante, que los niños expresen lo que sienten, que se alivien en sus pensamientos y sentimientos, sin hacer daño ni así mismos ni a los demás. En ciertas situaciones es de mucha ayuda, que los niños realicen actividades físicas, con el fin de descargar esa tensión interior, y liberar ese sentimiento de rabia contenida que poseen incontroladamente dichos niños.
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