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CUSTODIA COMPARTIDA
DEFINICIÓN Y CONCEPTO DE LA CUSTODIA COMPARTIDA
La custodia compartida se define legalmente, como el hecho de ejercer la custodia legal de los hijos menores de edad, en casos de separación matrimonial o divorcio con hijos, en igualdad de condiciones y derechos sobre los hijos. De manera que teóricamente prevalece el bienestar de los hijos, frente a los problema de pareja de los padres.
Cómo es fácil de observar, por muchas facilidades conjuntas que se aporten a la hora de enfrentarse a una separación o un divorcio, en ningún caso, los beneficiados serán los hijos. Más bien al contrario, los pequeños sufren las consecuencias de una relación de pareja mal llevada, inmadura y poco eficaz a la hora de solucionar problemas personales y sociales.
La custodia compartida incluye gastos de manutención, acuerdos vacacionales, mantenimiento individual de ambos hogares, en suma, mayor aporte económico que en una situación de estabilidad en el hogar, y mayor desgaste psicológico por parte de los adultos, que ambos deben minimizar en lo que respecte a sus hijos, y siempre teniendo en cuenta que no implique psicológicamente a los menores.
IMPLICACIONES DE LA CUSTODIA COMPARTIDA
Atender a un hijo en condiciones de custodia compartida implica unos efectos en todos los aspectos de la vida del niño que pueden menospreciar su desarrollo infantil, y su evolución hacia la madurez como adulto.
En estos casos, es importante estar pendiente de todos los signos que los hijos estén dando, para reaccionar lo antes posible a problemas futuros difíciles de resolver si el tiempo los agrava y la personalidad del niño se endurece.
Las dificultades que básicamente crea esta situación de custodia compartida son las de sufrimiento e inseguridad en los más pequeños, los cuales se sienten abandonados por alguno de los padres, que a su vez les genera estrés y tristeza, y mantenida esta sensación en el tiempo, genera unos conflictos importantes en la rutina diaria del niño, marcados por la inseguridad y la poca confianza en ellos mismos. A parte del sufrimiento que sin darse cuenta asumen, y asimilan como parte del proceso, dando lugar a situaciones presentes desagradables sin saber la causa exacta, y problemas futuros de falta de autoestima, de conducta y relacionales.
Con estas importantes secuelas, es de vital interés, agilizar los trámites desagradables de los divorcios, y sus consecuencias para los hijos, los cuales, si han de vivir una custodia compartida, o alguna otra situación similar, día tras día, tienen derecho a estar tranquilos, crecer sanos, y recibir amor y cariño por parte de sus padres de igual manera, para llegar a asumir que si sus padres no tienen una buena relación, no es por su culpa, ni que tenga que ser el modelo de sus padres el que marque sus decisiones adultas.
LOS NIÑOS COMO ARMAS ARROJADIZAS EN LA CUSTODIA COMPARTIDA
Por desgracia los niños de padres divorciados, adquieren carencias afectivas en un porcentaje del 85%, el resto acusará también problemas, aunque quizás de otro talante, o bien, por ser más mayores, esas carencias afectivas pasan más desapercibidas, y tiene otros problemas de adaptación.
En cualquier caso, los padres suelen utilizar a los hijos como armas arrojadizas de uno contra otro, y así se habla del SAP, o síndrome de alienación parental, donde uno de los progenitores, normalmente la madre, por estar más tiempo con ella, ataca al padre delante de su hijo con el objetivo de desacreditarlo y menospreciarlo respecto a los cuidados que él podría tener con el niño, de forma que se consigue cierto rechazo y odio hacia el padre, por parte del hijo, y un aumento del interés por estar con la madre, alentado por el negativismo y la mala intención.
El padre atacado ve destruido el vínculo afectivo con su hijo de manera insalvable, y esto genera una sensación de pesadumbre y tristeza absoluta en él, que puede hacerle enloquecer, hasta el punto de obsesionarse tanto con la mujer o el hijo, que podría llegar a cometer violencia física contra ellos.
¿Porqué los hijos deben pagar las consecuencias de que un matrimonio no sea sano? Se trata ésta de una lucha continua, que durante mucho tiempo prevalecerá constante en los divorcios que se cometan, y que de manera poco acertada, se tendrá que asumir como parte de la rutina de la vida.
Sería interesante luchar y mantener la firmeza por conseguir un trato cordial entre los miembros del matrimonio, que aunque lejos de solucionar plenamente el conflicto de ataque permanente entre ellos, si sería primordial hacer realidad el hecho de coexistir con cierta armonía las dificultades que puedan surgir de una situación de separación como la que se ha generado, y que tanto afecta a los más pequeños, víctimas absolutas de los divorcios.
LA MEDIACIÓN: HERRAMIENTA PARA CONSENSUAR LA CUSTODIA COMPARTIDA
La situación ideal para todos los afectados por una separación o divorcio, es que la decisión final se materialice en los propios padres y no en el juez, ya que sin lugar a dudas, quien mejor que los padres para conocer que medidas son las menos malas para que sus hijos puedan seguir evolucionando como personas sanas y felices.
Para ello se cuenta con el proceso de mediación, donde los profesionales orientan a la familia nuclear y sus miembros, para tomar la mejor decisión posible sin que la justicia tenga que intervenir en detrimento de los más pequeños. Aquí se intentan encontrar puntos de consenso para darle a los hijos lo mejor de cada uno de los padres, evitando que lo negativo sea lo que impere para tomar la decisión de con quien se queda.
Si la mediación llega a conseguir buenos consensos, dentro de la conflictividad de la situación de separación, los hijos quedan exentos de lo peor del divorcio, y su desarrollo se trunca únicamente en la medida en que sus padres viven separados, pero los más pequeños no tendrían esas carencias afectivas que crearían tantas secuelas futuras.
Mirar por el bien de los hijos en caso de divorcio, es lo que hace que cualquier conflicto matrimonial entre dentro de la normalidad. Ya que el primer sufrimiento del hijo al ver que sus padres no se quieren entre ellos es inevitable evitarlo, es importante hacer que ese niño siempre se sienta querido, apoyado y arropado por ambos padres.
CONCLUSIONES FINALES: EL DIVORCIO INADVERTIDO
La situación ideal sería que un divorcio pasara lo más desapercibido posible para los hijos, pero esto por mucho que se intente, es imposible. Sólo el hecho de los primeros indicios de matrimonio desavenido, produce sospechas en los niños, que son auténticos detectores de malas sensaciones.
Por esto, para minimizar el sufrimiento que sin apenas estar decidido, ya produce una situación de riña entre los padres, éstos deben ser capaces de adoptar una postura aséptica respecto a sus sentimientos hacia el otro progenitor delante de sus hijos, ellos sufren mucho y no merece la pena importunarlos conscientemente, ya que inconscientemente ya lo sufren.
Después de tomar las decisiones oportunas sobre la situación en la que se deja a los hijos, y una vez que ya queda claro el régimen de custodia decidido, los padres deben trabajar la parte que les corresponde respecto al correcto desarrollo emocional de sus hijos, con el objetivo de que los pequeños sufran lo menos posible, y no vean truncado su crecimiento como adultos por una mala gestión de sus padres respecto a ellos. Combinar lo mejor de la madre y el padre en la educación en hijos de padres divorciados debe ser un trabajo diario y constante, donde impere el cariño, la comprensión y la confianza continua en ellos, los hijos.
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